martes, 29 de agosto de 2017

Exepdición Kabiri Territorios Liberados, agosto 2017


Cuando Dios creó la Tierra lógicamente en algunos lugares metió la pata; ¿quién es capaz de crear semejante cosa en siete días y que todo salga perfecto? Para evitar que los seres humanos, su creación más avanzada y brillante pero también más rebelde, se acercaran a estos desperfectos (la vanidad al final afecta hasta a los Dioses), se inventó unos obstáculos que, según creía Él, impedirían el acceso a sus fallos. En uno de los sitios más inhóspitos del mundo, donde la temperatura llega a los 50ºC, un lugar con el nombre Bir Lehlu, nuestro Creador dejó caer unas rocas negras, unos obstáculos simbólicos, convirtiendo el desierto en un paisaje marciano avisando así a los humanos que ahí no tenían nada que buscar.
Su esfuerzo fue en vano, el ser humano es como es, y los habitantes de los alrededores, los saharauis nómadas, seres resistentes, duros y tozudos, se adentraron a este sitio. Y, desafiando a nuestro presumido Creador, lo convirtieron en la capital provisional de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), hasta que recuperen sus tierras ocupadas.








Bir Lehlu es una aldea pequeña, pero tiene un significado importante en la reciente historia de la República Árabe Saharaui Democrática de la cual es la capital provisional, mientras que la capital histórica (y oficial según la constitución de la RASD) del Sahara Occidental, El Aaiún, siga bajo control marroquí. Es el lugar donde El-Uali Mustafa Sayyid proclamó la RASD en 1976. Cuarenta años después Ban Ki-Moon visitó la localidad. Aquí también se encuentra el mausoleo de Mohamed Abdelaziz, el historico y muy popular lider del Polisario y presidente de la RASD hasta 2016.
El nombre "Bir Lehlu" es una transcripción del árabe dialectal hassanía, y significa "la bella fuente" ó "manantial". La transcripción árabe estándar sería "bi'r al-hilw" (بئر الحلوة).






Nuestro querido y temido Abba, hombre logístico del Ministerio de Salud Pública de la RASD se la juega. Con un grupo de sanitarios y un equipo de apoyo logístico que apenas conoce, se inventa una visita humanitaria al infierno de Bir Lehlu. A mediodía, nada más llegar, con todos deshidratados y todos con caras de angustia ("¿como coño aguanto esto 10 días más?"), Abba se inventa su charla. Las charlas de Abba, para los que no le conocen, siempre van más lejos del mensaje directo, y esta vez empieza a hablar del agua. Y en tres minutos convierte un tema banal, como nos puede parecer el agua, en algo divino y en la razón principal de cohesionar a un grupo que apenas había empezado su aventura en el desierto. Ya no tenemos sed, el reflejo de beber teniendo la lengua como la suela de un zapato se cambia en un gesto colectivo de cuidar las botellas y enrollarlas en mantas como si fueran bebés. De paso Abba nos inculca la historia de los saharauis nómadas y su amor por la tierra y sus gentes. Abba se la jugó y ganó, el grupo se elevó a la dinámica que él buscaba.





Por la ventana contemplo a Dustin buscándose desesperadamente los zapatos y veo a Abba, desafiando los caprichos de su amado desierto, simplemente envolviéndose más en la manta. La luz de la luna y las estrellas no pueden con la niebla densa de arena. Entre risas y pánico todo el mundo vuelve en cuestión de segundos dentro de nuestro dormitorio colectivo. La noche en el infierno prometía, las paredes del local designado para pasar la noche ardían, no se las podía tocar ni tumbarse cerca. Imagínate un horno eléctrico inmenso en posición pizza, pues así, y eso por la noche. Así que la mayoría optó por pasar la noche fuera bajo las estrellas. Alguna advertencia de una posible tormenta simplemente se ignoró colectivamente (curioso como funcionan estas cosas, sería algo para un análisis del panorama político en muchos países), la idea de tener que dormir en el horno era impensable. Los únicos inteligentes fueron Lara y vuestro servidor, estábamos tan muertos que no queríamos ni pensar en tener que entrar corriendo. Pues nada, el temido siroco llegó con toda su violencia y en cuestión de minutos todo volaba por el aire.



La prueba de Bir Lehlu fue dura y nos formó como grupo. Las charlas de Abba e Ignacio hicieron que todos nos sintiéramos unidos. Pero faltaba uno... Mi hermano acaba de publicar un libro. Trata de las dimensiones en que se puede caracterizar a cada cultura y como en cada dimensión se puede ver la distancia entre cada una. El libro explica cómo anticipar o reaccionar si te encuentras con 'el Otro'. Teníamos un Otro en el grupo. Un americano que había viajado por todo el mundo, literalmente todo el mundo (de Turkmenistan a Alaska, de Vietnam a Chad, de Perú a Singapur) y él increíblemente, después de ver tanta gente diferente en todos los rincones del planeta, flipaba con los españoles. "You don't eat, you don't sleep, you don't age, you are just crazy people". Todos nos dábamos cuenta que para él también eramos 'los Otros'; todos sabíamos qué hacer, pero había que esperar el momento. Y el momento llegó en Tifariti. La coca cola perfumada rompe barreras, elimina las 6 dimensiones y Dustin nos abraza. E igual como todos siendo él mismo. El mensaje de Abba era que el desierto nos enseña como somos, no tenemos nada, no somos nadie, no sabemos lo que viene mañana, únicamente seremos nosotros mismos y eso es suficiente.


Con su nariz casi toca el mostrador. Intenta contar las monedas pero apenas ve nada, a pesar de llevar unas gafas de color rosa, muy fashion. Es el hombre que lleva la tienda que bautizamos Carrefour, no tiene mucha cosa, pero aquí parece un lujo tener algo así en el medio de la nada. Dustin se compra sus 'chips and cookies', dice que el sabor artificial le hace sentir en casa.
Os invito a buscar Tifariti en Google Maps en el modo satélite. Sinceramente me había imaginado un pueblo, no sé, como los campamentos, pero nada de eso. Hay unos edificios (la escuela, el hospital, el protocolo y unas ruinas en una de las cuales está el Carrefour) y eso es todo. Y la población? Pues nada, repartida por el desierto a kilómetros de distancia en jaimas. Muy curioso. No vemos a nadie al llegar y los días de consulta estarían a tope.








Javier le pone una vía con suero para rehidratarla y antibióticos por una posible infección urinaria. Faima está embarazada y lleva días con fiebre y náuseas. Su orina huele mal y sin prueba ninguna, simplemente por que no disponemos de nada, iniciamos el tratamiento. En la misma sala de observación que improvisamos ayer, barriendo y fregando con Sergio y Ana, hay dos señores con la tensión por las nubes sentados en dos sillas. Entramos y salimos todos todo el tiempo, vigilando los pacientes, atendiendo a otros en nuestros 'despachos' compartidos con otro compañero. Hasta los traductores tenemos que compartirlos. Nos consultamos entre nosotros. Cada uno hace lo que puede. Lara intenta que cada uno llegue a su destino, tenemos que cuidar el 'flujo' de pacientes sagrado de Ignacio. Es un caos que durará hasta la comida. Y por la tarde otra vez.







Tifariti, con una población de unas 3.000 personas, durante muchos siglos fue disputada entre distintas tribus nómadas para controlar la ruta transahariana. Durante la década de 1980 se construyó el muro marroquí, a unos 60 u 80 kilómetros al noroeste de Tifariti, y el terreno alrededor de la zona continúa estando fuertemente minado, y mantiene el estatus de zona fronteriza para ambos bandos actualmente.
En las inmediaciones de Tifariti se han habilitado una pista de aterrizaje de la ONU y una base para las fuerzas de paz de la MINURSO. Desde la presencia de las tropas internacionales se han estado llevando a cabo pequeños esfuerzos para habilitar la zona ante un posible fin del conflicto, como la reconstrucción de una escuela.
En octubre de 2002, el Frente Polisario realizó en Tifariti su XI Congreso, eligiendo a los miembros de su Secretariado Nacional y del parlamento en el exilio del Consejo Nacional Saharaui, reeligiendo también a Mohamed Abdelaziz como Secretario General. Desde entonces, ha sido la sede habitual de los Congresos del Frente Polisario y diversas conmemoraciones saharauis. A partir del 2005, la ciudad comienza a dotarse de nuevos equipamientos: en 2006 se reinaugura el Hospital Navarra, en 2007 una mezquita; en 2008 se inaugura el ayuntamiento, depósitos de agua y un polideportivo. A lo largo de estos años, el número de viviendas que se construyen gracias a la ayuda económica de numerosas provincias españolas para el realojo de los refugiados de Tinduf, va aumentando de manera significativa. Actualmente, sin embargo, el hospital tiene muy poco uso y las viviendas están sin terminar.  En 2013, se funda la Universidad de Tifariti​ siendo su primer rector Jatari Hamudi Abdulah.







Fadili, un tipo bromista y risueño que estudió en Cuba, lo controla todo, parece que está de cachondeo todo el tiempo, pero nada se le escapa. Sabe exactamente que traductor sirve, sabe que pacientes se pierden en el famoso 'flujo' de Ignacio y sabe exactamente cuando uno de nosotros necesita una ayudita de cualquier cosa. Apoya a los dentistas y es técnico de los equipos dentales. Pero Fadili tiene una debilidad. Si entra una mujer con una sonrisa bonita se convierte en su guardián personal y la acompaña a donde haga falta. Se olvida de todo. Pero tengan lo que tengan las chicas, las cura con su presencia y risas. Fátima se deja seducir y volverá varias veces al centro en Tifariti, para acompañar a sus amigas y para ella misma. Le quitamos un tapón de los oídos y lo agradece regalándome una pulsera. Los saharauis son muy fáciles en el contacto, les encanta reírse, nos respetan y los respetamos, tienen costumbres y una forma de vivir totalmente diferente a nosotros pero no les cuesta nada acercarse a los 'cristianos'.



Una locura es, no, lo siguiente. Viajar con 25 personas en todoterrenos al Sáhara con 50ºC para atender (paquete completo: triaje, médicos y dentistas) a 400 personas en tres diferentes sitios. Los políticos también se han dado cuenta de nuestra expedición y durante esta semana veremos al ministro de Salud Pública, al ministro de Territorios Liberados y hasta al mismísimo Brahim Gali, presidente de la RASD que nos invita a una cena agradeciendo nuestros esfuerzos en una época en que la mayoría de la gente se toma vacaciones en Ibiza o las islas Canarias (por cierto no muy lejos de aquí). El ministro de Asuntos Políticos nos convoca en Tifariti cuando pernoctamos en el 'Protocolo'. Es inevitable que los encuentros, rituales de buenas intenciones y yotequierotumequieres, terminen con mensajes políticos, directos e indirectos."Os agradecemos vuestros esfuerzos, el pueblo español siempre nos ha apoyado, pero el culpable de nuestra situación es vuestro Gobierno." Parte de la razón tienen. Está claro que estas expediciones, aparte de atender a la población, tienen como objetivo concienciar a los visitantes y que el mensaje del conflicto olvidado se divulgue.


Mehaires es una localidad y oasis en la provincia de Saguia el Hamra. Está situado entre Tifariti y Amgala, al este del Muro marroquí, en los Territorios liberados controlada por el Frente Polisario, cerca de la frontera mauritana. Es cabeza de la IV región militar del ejército saharaui. Consta de un pequeño 'hospital' con 12 camas construido gracias a la aportaciones de la ONG Solidaridad Valenciana. También consta de una escuela abierta en el curso escolar 2012-2013 y una mezquita.​En Mehaires se están elaborando numerosos proyectos pilotos para la creación y desarrollo de una explotación agrícola familiar.

Jordi, el cirujano que tiene una habilidad envidiable en cuanto abre un cuerpo humano, se queda atónito y me mira con cara de decepción. Sus ojos quirúrgicos han detectado un lipoma precioso que coquetea con él y que casi le susurra en hassanía y hasta en catalán para que le saque de su sitio donde lleva más de 20 años. Pero le tengo que parar, primero hay que atender a ese montón de gente que llenan la entrada como si fuera una medina en cualquier ciudad del norte de África. Jordi se resigna, le agradezco sus esfuerzos de envolverse en la atención primaria. A mediodía lidiaremos con el lipoma.



Clara tiene razón, el niño que está en la camilla de su despacho tiene meningitis y tenemos que actuar ya. Estamos a 400 km del hospital más cercano (más de 8 horas en un todoterreno por el desierto). ¿Qué coño hacemos? En el hospital de Mehaires, un sitio donde faltan hasta camillas y sillas, alguien encuentra ampicilina inyectable. No nos lo podemos creer, le ponemos una vía y le damos también cefuroxima, el único otro antibiótico por via oral. Clara e Ignacio, ya están de camino al MINURSO a dos horas de ahí para negociar un traslado en helicóptero a Argelia. El MINURSO tiene un presupuesto de 50 millones de euros anuales y los dos tienen que lidiar con el protocolo y varias intermediarios, muy amables por cierto, hasta que al final consiguen un traslado en helicóptero por la mañana a Tindouf. Con Julia miramos en su móvil en el Idoctus, nuestro salvavidas en el desierto sin cobertura de internet, para ajustar la medicación. El niño mejora mucho durante las horas siguientes. No quiero pensar lo que habría pasado si no hubiéramos estado ahí justamente hoy.



Como todos los días, y suerte tengo que puedo ir todos los días, me busco las toallitas y un momento para ir al baño. En el Sáhara hay baños de todos los colores y tamaños. Lo que todos tienen en común es la falta de papel, y para sustituir al papel un sistema de irrigación con tubos, cubos, botellas, charcos y no sé que cosas más que nunca nadie me explicó cómo usarlas ni me atreví a pedir que me lo explicaran. La posición es bastante evidente y con algo de práctica hasta cómoda, si consigues que se salve tu ropa de salpicaduras de cualquier tipo. Y con una toallita húmeda u otro papelito uno se apaña. Pero hoy no. Estoy en el cuartel del ejército saharaui y no, no puedo. Y eso que lo he hecho en muchos sitios y en muchas condiciones. Pero no, aquí no. Yo sé que los hombres somos guarros, pero junta una tropa de soldados y líbrales del turno de limpieza de baño durante unos cuantos años y el resultado lo tengo delante de mi. El agua debe hacer desaparecer las deposiciones de anteriores visitantes, pero aquí no. Es más bien como un montón que va bajando en el pozo por el peso. La alternativa es salir al desierto y hacerlo ahí. Eso también tiene sus inconvenientes, arboles pocos y, aunque en el desierto parece que no viva nadie, siempre aparece alguien en el momento menos oportuno. Al final opto por respetar al ejercito saharaui, soy hombre y lucho a su lado. Por un Sáhara libre y mi pequeña expedición diaria!


Karim de 50 años "más o menos" (es curioso, mucha gente no sabe exactamente su propia edad) pero que parece tener 80 entra con su nieto que le chilla en el oído izquierdo todo el tiempo. Viene por un dolor en la rodilla. "Es que es sordo desde hace años y no se entera" dice su nieto que es militar. Le reviso los oídos y le saco unos tapones petrificados. No se puede creer que está oyendo de nuevo. La rodilla ya no molesta, sale casi corriendo del despacho con su nieto detrás. Lo guay de ser médico parece resolver cosas como magia, es bonito hacer una infiltración en un hombro y que esta persona vuelva a utilizar su brazo después de años, es bonito mejorar la vida de alguien con algo tan sencillo como limpiarle los oídos, es bonito. Sin embargo, también es muy satisfactorio y un desafío lidiar con cosas que no parecen tener una solución y que te exijan improvisar, a ti, al paciente y a su entorno. Es todo un desafío y un trabajo fascinante.




Las cabras han hecho el recorrido en la batea de uno de los todoterrenos. Ahora están despiezadas en un recipiente enorme en la jaima improvisada en Rekeiz donde la madre de Abba está preparando el cuscus. Fuera hacen varios fuegos para cocer la carne (en unas ollas colgadas en un trípode sobre el fuego, luego se asarán) y para hacer el pan del desierto. Los chicos cogen brasas para preparar el té. La poca luz del cielo ilumina los camellos al fondo. Es la noche saharaui y broche final a nuestra misión en territorios liberados. Misión cumplida! Todos brindamos y satisfechos nos acostamos bajo el cielo.
¡Ya estamos hasta los huevos de tantas autoridades y discursos! ¿Cómo se le ocurre al alcalde de este sitio visitarnos aquí en pleno desierto y casi a medianoche? Pero Abba se pone serio. "Chicos vamos, es una visita importante, todos arriba, son 5 minutos". Nos levantamos con pocas ganas, algunos ya medio dormidos. El alcalde ha venido solo. Sin luz Abba explica que habla algo de español y que nos quiere expresar su gratitud por estar aquí. Me parto de risa, no tengo ni idea de lo que está pasando, pero si ese es el alcalde yo soy Lawrence de Arabia.... El alcalde nos ha traído un obsequio y busca a quien regalarlo, está dudando sospechosamente entre todas las chicas y al final opta por Inma que se pega un susto con el anillo en la cajita. Nos burlamos del alcalde, dos años le damos según las estadísticas.







Por las laderas de la cordillera de Lemgasem, en Rekeiz, al norte de Tifariti, se encuentran rocas de la era precámbrica con grandes lajas de piedra caliza; aquí se encuentran, en grutas, cientos de pinturas rupestres que algunos arqueólogos han acuñado como del "neolítico sahariano" (por sus características propias). Con diseños polícromos, decenas de escenas de caza y ganadería de hace unos diez u ocho mil años, danzas de hombres y mujeres, manos pintadas, grabadas, decoradas con motivos geométricos, gacelas, jirafas, antílopes, etc.

'Con este calor que ni me miren' dice Bea y suelta una de sus carcajadas. Hemos tocado un tema delicado. La gran preocupación de las parejas (y solteros) ante un viaje de 12 días es naturalmente qué hacer con los calentones y la abstinencia. Pero el sindrome de Bir Lehlu nos ha dejado bastante tocados y la líbido se evaporó a cantidades manejables. La poca privacidad y las duchas 'abundantes' hacen el resto. Quizás llegue la noticia de un pequeño andaluz-catalán, porque tocaba, eso si.

El representante de Afrapredesa, la asociación de víctimas de la guerra contra Marruecos, habla de una forma contenida. Habrá contado la misma historia muchas veces, pero consigue llegar a nuestros corazones. Vemos imágenes de la injusticia que se vive a diario en los territorios ocupados y nos conmueven. Cuenta de las múltiples víctimas de las minas antipersonas. No entiendo tanta crueldad hacia civiles inocentes, muchos que no saben ni quién se está peleando con quién y por qué. Nos graban alguna entrevista en que soltamos nuestra rabia y pedimos más atención para un conflicto ignorado en el mundo.                                                              





Antes de ir tenía cierta inquietud de volver a los campamentos y entrar como repetidor, o sea, el impacto de la primera visita ya no lo iba a sentir. ¿Sería igual de fascinante? ¿No me decepcionaría? La curiosidad de la primera vez se sustituyó por volver a encontrarme con todo y todos. El abrazo, con Abba, Ahmed, Fadili y todos era un reencuentro con sentimientos, me conmovió verlos y hasta el aeropuerto de Tindouf, de los más feos que he pisado, me causó una sensación de agradable bienvenida. Y si, si que habría muchas cosas nuevas por aprender, muchas cosas para ver. Tengo que admitir que esta vez además iba con cierto temor. No por razones de seguridad, sino por el diferente papel que tendría en esta expedición. Iba esta vez en el papel de padre. Ir de padre con una expedición donde antes en diciembre había ido de compi como todos los demás. No quise ir de padre; quise ir como cualquiera de la expedición y como compañero de viaje con mis dos hijos mayores. Iba a ser todo un ejercicio para ellos también el tratarnos como compañeros y no como padres o hijos. Son dos seres adultos maravillosos que me han enseñado mucho y lo han vuelto a hacer durante este viaje también. Lo sé, pero al mismo tiempo espero realmente haber sido capaz de soltar el cordón umbilical un poquito más, por lo menos lo que queda de él, ya que son personas totalmente independientes en su forma de pensar y hacer. Con menos peso vuelan más lejos.
                                              




Participantes:


Beatriz Migens
Nacho Bañares
Joserra Suárez
Ana Sánchez Iglesias
Max Meertens
Alex Rodríguez
Sergio Meertens
Lara Meertens
Tamara Fernández
Dustin Pfundheller
Cristina Avramoff
Inma Tárrago
Jordi Escoll
Javier Suárez
Mónica Gómez
Julia López
Clara Gil
Ignacio Calatayud
Abba
Fadili
Sidi
Embarek
Basiri
Baba
Ahmed
Ben Dir
Ali
Husein
y muchos más

Mas información en un video de Dustin: https://www.youtube.com/watch?v=eOrvUEW6J64&feature=youtu.be


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